Los productos de consumo en aerosol ya no contienen productos químicos que agotan la capa de ozono, también conocidos como clorofluorocarbonos (CFC)
Esto primero porque las empresas los eliminaron voluntariamente y luego debido a las regulaciones federales. Los CFC son descompuestos por la radiación ultravioleta del sol cuando suben a la estratosfera, liberando átomos de cloro que destruyen las moléculas de ozono.
Las latas de aerosol producidas en algunos otros países aún pueden utilizar CFC, pero no pueden venderse legalmente en los EE. UU. Los aerosoles en aerosol sin CFC de hoy en día también emiten compuestos orgánicos volátiles (COV) que contribuyen a los niveles de ozono a nivel del suelo, un componente clave del smog que induce el asma. Los esmaltes de uñas, los perfumes, los enjuagues bucales, los aerosoles para el cabello y los desodorantes en barra y de bola también los emiten.
Regulaciones para la preservación de la capa de ozono
Las regulaciones de la Ley de Aire Limpio y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE. UU. restringieron aún más el uso de CFC para productos que no son de consumo. Todos los productos de consumo y la mayoría de los demás productos en aerosol fabricados o vendidos en los EE. UU. ahora usan propulsores como hidrocarburos y gases comprimidos como el óxido nitroso, que no agotan la capa de ozono.
¿Que productos químicos son dañinos para la capa de ozono?
Un número de productos químicos de uso común han resultado ser extremadamente dañinos a la capa de ozono. Los halocarbonos son compuestos químicos en los que uno o más átomos de carbono están unidos a uno o más átomos de halógenos (flúor, cloro, bromo o yodo). Los halocarbonos que contienen bromo por lo general tienen mucho mayor potencial de agotamiento del ozono que aquellos que contienen cloro. Los productos químicos sintéticos que han proporcionado la mayor parte del cloro y bromo para el agotamiento del ozono son el bromuro de metilo, el metilcloroformo, el tetracloruro de carbono y las familias de productos químicos conocidos como los halones, los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC).
Gracias al Protocolo de Montreal y debido a la iniciativa de los propios fabricantes de aerosoles, hubo un cambio de propelente para evitar el daño al filtro natural que nos protege de los rayos ultravioleta del sol y se estableció la eliminación definitiva de los CFC en el mundo. Por eso se pueden adquirir productos en aerosol con la seguridad de que no se está dañando la capa de ozono.
Contaminación del medio ambiente
Las empresas han comenzado a darse cuenta de la importancia de tener envases de productos sostenibles. Con miles de millones de toneladas de residuos de envases llenando vertederos en todo el mundo, las marcas están buscando formas de hacer que sus envases sean más ecológicos. Al cambiar a envases sostenibles, las empresas ahora pueden construir relaciones con clientes de ideas afines y proteger la capa de ozono simultáneamente.
Actualidad del agujero de ozono
Un estudio reciente ha demostrado que sin la prohibición del Protocolo de Montreal sobre los CFC, se habría almacenado menos carbono en las plantas, la vegetación y el suelo; lo que podría haber llevado a un calentamiento global adicional de 0,5 a 1,0 grados centígrados.
Si bien los productos en aerosol están hoy en día entre los primeros lugares de preferencia para los consumidores, hoy día, los productos que se fabrican en este tipo de envase ya no destruyen la capa de ozono.
